Hay momentos en la vida en los que nos cuesta encontrar grandes ideas para nuestro trabajo, sea cual sea la disciplina artística a la que nos dediquemos. Nada nos convence ni nos llena, y rogamos a la inspiración que aparezca. ¿Cómo hacer frente a una situación de éstas? ¿Cómo disolver ese nudo que nos oprime la garganta y el estómago?
La mejor técnica es precisamente evadirse, intentar alejarse del problema para reparar en nuestro entorno, quien muchas veces nos facilita la solución, aunque nosotros estemos demasiado obcecados como para verla. Semana a semana recogeremos en este espacio un pedacito de ese mundo exterior. Pero para empezar, propongo tener en cuenta estas 5 técnicas para encontrar la inspiración que han llegado hasta mis manos:
1. Nunca te plantees copiar ni traducir otro proyecto, busca la inspiración en campos de trabajo que nada tengan que ver con el tuyo.
2. Escucha historias. Las anécdotas o vivencias personales son una gran fuente de inspiración.
3. Coméntales tu problema a terceros. Las personas que no están vinculadas directamente con el tema pueden ofrecerte un cambio de perspectiva enriquecedor.
4. Piensa en imágenes. Tienen un componente mucho más realista o sugerente que te permitirá avanzar de forma mucho más sencilla.
5. Añade emoción. Busca hechos e ideas que te emocionen, pertenezcan al campo que pertenezcan, porque si son capaces de alterar en un ámbito, ¿por qué no lo van a ser en otro?
6. Recuerda a Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarse trabajando”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario